jueves, 1 de julio de 2010

Binvenidos al blog con gol de Palermo


¡Hola a todos los alumnos de este primer año de Comunicación Social versión Bicentenario!




Vamos a comenzar nuestros trabajos en el blog, aprovechando lo ya diseñado el año pasado e incorporando materiales nuevos.
Para empezar: el histórico gol de Palermo en el partido de la selección argentina frente a la selección griega. Versión: la de ustedes.
Empezamos con la de Martín. Pero, los demás, deberán ir pegando las propias. ¿De acuerdo?

Mi más sentido gol

Yo no estaba ahí, está bien, lo admito. Lo hago porque no tengo la necesidad de mentir y no tengo esa necesidad porque sé que estuve ahí, no con mi cuerpo a lo mejor, pero si con mi alma, con mi espíritu, con mi ansiedad, mi corazón y mi aliento incondicional.
Me sentía grande y orgulloso por ser parte de mi nación. Me sentía representado con esta camada de jugadores que a pesar de su éxito individual eran capaces de dejar de lado su ego, ponerse la camiseta de un país que vive alimentándose de fútbol apasionadamente y salir a la cancha a conquistar ese sueño increíble y, quizás, el sueño más hermoso que tiene todo jugador: ser campeón del mundo.

Estaba tranquilo hasta ese momento, ya estábamos clasificados y ganando por un gol pero sabía, intuía o preveía que algo mucho más trascendental iba a suceder, algo que quizá no sería tan grande para el mundo pero si para nosotros, los argentinos. Y… ¡allí entró, faltando solo diez minutos! Primero, para cumplir el sueño que le faltaba, el de sentirse un jugador pleno jugando una copa del mundo y, en segundo lugar, para demostrarse y demostrarle a la gente que merece estar ahí por su esfuerzo y, también, por lo que es más importante en esto que se llama fútbol: tener condiciones y tener sed de revancha.
No me olvido más, queda guardado en lo recóndito de mi memoria y lo sacaré solo en algún momento especial de mi vida, para que no pierda la magia y recupere toda la emoción que sentí aquella vez, cuando el partido se cerraba y… ¡capturó un rebote y la mandó a guardar quedando en la historia con su boca llena de gol, llenando de lágrimas sus ojos (y los míos), llenando de gloria su corazón!


Martín Casco

Primer año de Comunicación Social

Instituto Superior Nuestra Sra. de la Paz